domingo, diciembre 17, 2006

La Batalla de Ciudad Rodrigo (Recreación)

Decíamos ayer que el pasado 1 de noviembre nos fuimos a visitar Ciudad Rodrigo, la ciudad fortificada que entre otras cosas, fue un lugar importante en los acontecimientos de la Guerra de Independencia:

“Antes de 1805, Napoleón había intentado unir todas las flotas europeas para arrebatar la supremacía naval a Gran Bretaña, y había encontrado en España y sus poderosos buques de guerra un valioso aliado. Sin embargo, la derrota de Trafalgar en 1805, seguida más tarde por la destrucción de la flota danesa, desbarataron todos sus planes y desarticularon su política marítima. Puesto que el poderío naval británico era casi indestructible, tuvo que tomar otras medidas para obligar a su implacable enemigo a firmar la paz. Con este fin, decretó un bloqueo continental (un boicot a las exportaciones británicas con el que Napoleón pretendía doblegar a esta “nación de tenderos” mediante presiones económicas, en vez de una confrontación militar directa).

En 1808, cuando la mayor parte de Europa mantenía el bloqueo, la única salida importante que le quedaba al emperador francés por cerrar era la Península Ibérica: a Portugal no le importaba la prohibición, y España sólo participaba en teoría y sin convencimiento. Para imponer el bloqueo, Napoleón se vio forzado a intervenir militarmente en la Península en 1808, y contra Rusia en 1812; ambas campañas resultarían desastrosas para Francia. Los británicos se vieron entonces empujados a intervenir en la Península dando lugar a la llamada Guerra Peninsular que los españoles llamamos de la Independencia.”

Pues bien, para intentar recrear la cruenta lucha (toma ya, David), varias personas se prestaron para realizar una dramatización. Gracias.

Davison Mc Ansino y Emmanuelle Coké, soldado inglés y francés respectivamente, se preparaban ufanos para el combate que se les venía encima.


Listos y preparados para entrar en combate, se presentan para la revisión de su armamento y tontunas respectivas.

Aunque Davison comenzó las hostilidades con un portentoso combate dialéctico, cargado de sinónimos y perífrasis, pronto entendió que a un gabacho como Emmanuelle, con unos huevos que colgando parecen bolsas, esta palabrería no hacía mella en sus ganas de soltar tollinas. Davison está a punto de morir.

Aun no sabemos cómo ocurrió, Davison, seguro que con ayuda de traidores negros, consiguió reducir a Emmanuelle y se propuso fusilar a tan noble franchute ipso facto.


El hijo de la pérfida albión, no contento con tener a Emmanuelle a punto de caramelo, lo amenza con la bayoneta y profiere tecnicismos propios de una batalla dialéctica a la que Davison es aficionado, ya según se comenta, a la hora del té en el campamento de Wellington se echa unas partidas de “Diccionario” que hacen que a más de uno se le pongan los pelos del ojete como escarpias.

Sí, quizá no es muy noble y/o honorable, pero Emmanuelle optó suplicar por su vida ante ese desgraciado hijo de la Gran Bretaña, aunque sus intenciones eran otras…


Finalmente Emmanuelle se deshizo de sus grilletes y entabló una lucha encarnizada con su ponente inglés. ¿Cómo acabó la batalla? Eso, nunca lo sabremos.


En realidad su intención era mangarle a Davison Mc Ansino la bayoneta y poder deshacerse de su verdugo. ¡Qué chispa de tío!, ¿no?

Por Manuel77




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ke payasos no? jeje

Anónimo dijo...

y qué lo digas...