TRANSGÉNICOS

Cuando el pasado 20 de junio el alto tribunal alemán forzó a la multinacional Monsanto a hacer público un estudio que la empresa llevaba más de un año ocultando sobre los efectos del maíz transgénico MON 863, éste desveló que los animales alimentados con este maíz desarrollaban problemas en sangre y riñones y, por lo tanto, este maíz representaba un grave riesgo para la salud humana.
El MON 863 es distinto de los otros maíces modificados genéticamente aprobados para cultivo y consumo en la UE (como el BT176 o el MON 810, cuyo cultivo está sólo permitido en España y olé), dado que la toxina insecticida que produce es diferente. Además el MON 863 contiene un gen de resistencia a antibióticos prohibído.
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En España, único país de la UE en el que está autorizado el cultivo comercial de trangénicos, la situación es peor. El Gobierno Español acaba de autorizar otros 14 maíces para su cultivo. Esta aprobación masiva es un intento de legalizar cultivos que ya se han sembrado ilegalmente debido a la falta de control y de trazabilidad. En lugar de destruirlos, el Gobierno ha optado por legalizarlos sumando estos nuevos maíces a las 17 variedades autorizadas previamente, haciendo caso omiso a las irregularidades, contaminaciones y escándalos causados por las siembras ilegales de variedades transgénicas.